
Logroño
Con su casco histórico medieval a orillas del Ebro, sus bodegas centenarias, su zona comercial y su animada zona de pinchos y restaurantes, Logroño tiene el encanto de una capital de provincia donde la vida es cómoda y tranquila. Es el lugar perfecto para hacer una cata de vinos, pasear por la calle Portales (donde se rodó la película “Calle Mayor”), ver la obra arquitectónica de Toyo Ito o Rafael Moneo, o conocer los detalles de la historia del Camino de Santiago.

Gastronomía
La riqueza del producto de una tierra fértil y la variedad de climas y suelos entre los distintos valles de la Rioja explican por qué aquí es casi seguro acertar a la hora de elegir dónde comer. Dos cocineros con estrella Michelin (Carlos Echapresto, de Venta de Moncalvillo, y Francis Paniego, de Echaurren) lideran el panorama gastronómico de La Rioja, pero ésta es también tierra de tapas (con las míticas calles Laurel, San Juan y San Agustín en el barrio viejo de Logroño como cita imprescindible para tomar “pinchos”), de cocina tradicional (con La Vieja Bodega, en Casalarreina o el Asador Alameda, en Fuenmayor, como ejemplos) y de excelencia en el producto: verduras de la Rioja Baja, trufas en el valle de Cameros Viejos, aceite de oliva de Sorzano, peras con Denominación de Origen en Rincón de Soto, pimientos en la ribera del Ebro, cordero, patés, quesos de oveja…

Artesanía
La Rioja se asocia tradicionalmente con la artesanía textil, cuyo mejor ejemplo vivo es la extraordinaria fábrica de mantas de mohair de Gregorio Valgañón en Ezcaray, proveedor de, entre otros, Loewe, Chanel o Céline. Pero ésta es tierra también de almazuelas (patchwork geométrico recuperado gracias a la figura de Lola Barasoain), de alpargatas (Cervera es el pueblo que provee a la mayoría de fabricantes de España), de cuero y botas de vino, y de alfarería (con Navarrete como su principal centro de producción).

Vino y bodegas
Rioja Alta, Rioja Baja, Rioja Alavesa… más de ochocientas bodegas inscritas en tres distintas áreas de cosecha hacen de Rioja la Denominación de Origen más activa, antigua y reconocida de nuestro país. La producción moderna de Rioja comenzó a finales del XIX, cuando unos cuantos productores bordeleses eligieron Haro para plantar viñas. Las bodegas clásicas (Marqués de Riscal, López Heredia, Gómez Cruzado, Bodegas Bilbaínas, Rioja Alta, CVNE, Muga) abrieron el camino a otros productores, y hoy la Rioja es también una región abierta a la búsqueda de la excelencia con nuevos métodos de cosecha o vinificación, como demuestran los extraordinarios vinos Contador (Benjamin Romeo), Cirsion (Roda), Erre Punto Tinto (Remírez de Ganuza), Viña el Pisón (Artadi), Amancio (Sierra Cantabria), Miguel Merino Gran Reserva o Reserva Valenciso.

Al aire libre
En La Rioja hay deportes para toda la familia y todas las estaciones del año. Las cumbres del monte San Lorenzo albergan la estación de esquí de Valdezcaray; en el pantano de El Rasillo se pueden practicar deportes acuáticos; hay varios parques de tirolinas y multiaventura; los amantes del golf cuentan con tres campos de distinta dificultad; los ciclistas gozan de cientos de kilómetros de vías cicloturistas... y, por supuesto, senderismo, vuelos en globo, piragüismo, kayak, escalada y descenso de rápidos entre muchas otras opciones que deben terminar con un tratamiento relajante en una de las nuestras dos estaciones termales (Balnearios de Arnedillo y Grávalos).

La Rioja
Pocas regiones europeas pueden ofrecer tanta variedad de paisajes y climas como La Rioja, región clasificada como Reserva Protegida de la Biosfera por este motivo: desde los panoramas de alta montaña del Parque Natural Sierra Cebollera hasta las extensiones de viñedos de la suave ribera del Ebro. Y esta riqueza geográfica explica la diversidad cultural de sus tradiciones, gastronomía y fiestas: Danzadores de Anguiano, Picaos de San Vicente de la Sonsierra, Batalla del Vino en Haro, Fiesta de la Trufa, Fiestas de Santo Domingo de la Calzada...

Camino de Santiago
La vía de peregrinación más importante de Europa recorre La Rioja, con Santo Domingo de la Calzada y Navarrete, a apenas ocho kilómetros al sur de nuestra casa, como dos de sus más importantes etapas. Desde hace siglos, los millones de peregrinos que emprenden el Camino de Santiago han hecho posible el intercambio cultural que ha terminado por definir nuestra Europa, tal como reconoce la Unesco al incluirlo en su lista de lugares Patrimonio de la Humanidad. Más vivo que nunca, el Camino es hoy en día una experiencia que une anualmente a más de trescientos mil peregrinos de todo el mundo que recorren, a pie o en bicicleta, nuestra región de este a oeste.

Arquitectura
Pocas regiones pueden ofrecer un panorama de la historia de la arquitectura que abarque tan ampliamente cinco mil años de construcciones, desde los megalitos de las laderas de la Sierra Cantabria hasta la obra de cuatro premios Pritzker, pasando por los monasterios medievales de Yuso y Suso en San Millán de la Cogolla, Patrimonio de la Humanidad. Pero es la arquitectura contemporánea de la zona de bodegas lo que ha convertido a La Rioja en un destino imprescindible: en menos de veinte kilómetros se pueden admirar las construcciones de Philippe Mazières para CVNE Viña Real, Iñaki Aspiazu para Baigorri, Santiago Calatrava para Ysios, Ignacio Quemada para Campo Viejo, Frank Gehry para Marqués de Riscal y Zaha Hadid para López Heredia, además de las obras de Toyo Ito y Rafael Moneo en Logroño.

A una hora de la casa
La localización de Casa Josephine, entre el País Vasco, Castilla y León y Navarra, la convierte en la base perfecta para conocer lo más especial del norte de España. Bilbao, con su museo Guggenheim, está a apenas una hora por autopista. Pamplona, sede de la fiesta de San Fermín, está a cuarenta y cinco minutos. E igualmente próximos están Vitoria, con su catedral medieval y su casco antiguo; Soria; San Sebastián y sus playas; Burgos y el yacimiento paleontológico de Atapuerca, ambos Patrimonio de la Humanidad.